Sobre Aire acondicionado
El aire acondicionado permite viajar frescos, lo que mejora significativamente el confort y la seguridad en la conducción. Además, deshumidifica el aire del habitáculo, impidiendo la condensación de las lunas; retiene buena parte de las impurezas del aire que entra del exterior; se puede ir con las ventanillas cerradas, lo que disminuye el ruido en el interior del vehículo y reduce el consumo de combustible. Por último, al no sufrir el calor, se puede viajar en las horas centrales del día, cuando hay menos tráfico.
Lo más importante es poner en marcha el sistema al menos una vez a la semana, durante dos o tres minutos y aunque sea invierno. De esta forma, se mantienen lubricadas las uniones y se evitan posibles ruidos. Si se circula a gran velocidad no conviene tener el aire al mínimo ya que esto favorece la formación de hielo en el equipo con lo que disminuye notablemente su rendimiento. Por supuesto, mantener las tomas de aire limpias de hielo, nieve u hojas y cargar el gas cada dos años.
- Haga un mantenimiento en profundidad una vez cada 2 años. Esto evitará costosas reparaciones, la sustitución de la unidad completa y alargará la vida del climatizador.
- Recargue el sistema de aire acondicionado aproximadamente cada 2 años.
- Cambie el filtro del habitáculo en cada recarga de su sistema de aire acondicionado y revise su estado anualmente.
- Con el fin de evitar la proliferación hongos o bacterias, le aconsejamos que apague el aire acondicionado unos cinco minutos antes de parar su coche y deje el ventilador encendido. Esto permite que el evaporador se seque por completo.
El aire acondicionado puede estropearse por:
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Fugas en el sistema.
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Bajos niveles de refrigeración.
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Bloqueos en los condensadores.
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Fallos en el compresor.